Gazeta de Antropología, 2025, 41 (1), recensión 01 · https://hdl.handle.net/10481/103083 Versión HTML
Publicado 2025-03
Pablo Francescutti:
Teorías de la conspiración. Historia y sociedad a través del prisma del complot.
Granada, Comares, 2024.

José Luis Fernández


RESUMEN
Recensión de un libro sobre un tema de actualidad como el de las conspiraciones y sus complots, pero que trae a la escena un largo recorrido histórico y un profundo y útil análisis multidisciplinario del fenómeno.

ABSTRACT
Review of a book on a topical subject such as conspiracies and plots, which brings to the editorial scene a long historical journey and a deep and useful multidisciplinary analysis of the phenomenon.

PALABRAS CLAVE
conspiración | complot | multidisciplinariedad | historia | semiótica
KEYWORDS
conspiracy | plot | multidisciplinary | history | semiotics

Es imposible que no llame la atención, en épocas conspiranoicas, un libro sobre el tema, y más si anuncia relaciones entre la historia y la sociedad. Pablo Francescutti no es un filósofo que guste de las generalidades. Tras su formación como antropólogo, se sumergió, a través del trabajo con Jorge Lozano, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid y referente de la semiótica, en la semiosis del discurso histórico y, como parte de ese recorrido, investigaron en equipo los procedimientos del secreto. Es una perspectiva cuestionadora de lo sociocultural aceptado, porque trae al centro de la consideración académica la presencia de lo no dicho, de lo oculto al menos frente a la escena pública. Ese enfoque es parte de lo que permite que el complot, como prisma, se convierta en un punto de vista sobre la actualidad que, sin embargo, parte de una visión de larga duración.

Será inevitable, tal vez, que este libro sea leído como narrativa histórica del conspiracionismo y sus complots por los lectores interesados en el tema. Está en el centro de las preocupaciones por sus aportes a la construcción del controversial estado de opinión de esta época en que las diversas fuerzas políticas describen el juego de conflictos, en buena parte, como conspiraciones de ciertos sectores de poder frente a otros. Pero el libro no está construido en modo narrativo. La propuesta de presentación de los temas está organizada en ocho secciones de diferente extensión y contenido. 

En la primera, se justifica la importancia diacrónica y sincrónica del tema enfocándose en esos fenómenos sociales que, como los Protocolos de los sabios de Sión o el asesinato de John F. Kennedy, no dejan de ser revisitados. Esa sección muestra que el conspiracionismo, sus complots y las teorías sobre ellos tienen gran presencia y extensión sociocultural. La propuesta es analizar buena parte de los fenómenos sociales desde ese punto de vista y la necesidad de un enfoque multidisplinario.

Las siguientes cinco secciones, desde la II hasta la VI, revisan sucesivamente, lo conspiracional desde diferentes disciplinas. Desde lo complejamente psi, pasando por lo comunicacional en sentido amplio, lo antropológico, lo histórico-científico y, finalmente, lo político. Es importante valorar ese formato en mosaico, que se opone a lo narrativo, dado que convoca a una lectura particular de cada sección, en cierto modo independiente para cada una y sin la obligación de un orden correlativo. Es una propuesta de lectura indeterminada, muy productiva en la lectura sobre temas complejos. 

En las dos últimas secciones (necesarias para los lectores narrativistas), se presentan estados de situación. En la VII, con el término síntesis en el título, se presentan resumidas las diversas partes del mosaico, con su típico efecto iluminador, de articulación entre conocimientos acumulados y diversas áreas todavía abiertas para su comprensión y su propuesta de tareas pendientes. Además de registrar la carencia relativa de este tipo de estudios en español (la amplia bibliografía en otros idiomas o de otros orígenes es la prueba), la síntesis no se clausura sobre la copresencia en el mosaico, sino que abre un amplio campo de desarrollos de conocimiento necesarios, dentro mismo del universo conspiracioncita, pero también fuera de él. 

La última sección, casi tozudamente crítica, revisa las propuestas de combate contra los complots, muchas de ellas inevitablemente conspiranoides. Pero, leyendo con detalle, no debe entenderse como conformista al reconocimiento de la necesidad de convivir con los complots. Si bien se presentan como uno de los procesos generales de producción y, muy especialmente, de interpretación de la vida social, no solo para lo político, sino para lo sociocultural, el libro genera una distancia productiva. El conocimiento enfría a la observación y a la opinión automática. Ambos procedimientos son aportes indispensables para la intervención y la gestión en la actividad de la sociedad.

La construcción, al menos parcialmente en mosaico, del trabajo de Francescutti habilita a una reseña desde una lectura independiente, como efecto productivo positivo. En mi lectura, lo de independiente es un modo de denominar a una posición de reconocimiento en la convergencia, en una especie de nodo, en el que el interés por la importancia de las lecturas conspiranoides de este momento se cruza con las experiencias de investigación y con el conocimiento de un cierto campo particular, el de la sociosemiótica de las mediatizaciones.

Hay dos líneas que organizaron mi lectura del libro, no secuencial en el principio. Por un lado, seguí con interés las relaciones entre las vidas discursivas intersticiales, obligatorias para la construcción y el análisis de cada complot, con el despliegue de las sucesivas transformaciones del ecosistema mediático. Francescutti critica la idea de que un estudio sobre el complot pueda agotarse en el análisis de su textualidad. En esa afirmación converge con los estudios sobre los intercambios discursivos mediatizados, que no solo deben estudiarse en su dimensión genérico-estilística, sus enunciadores, tematizaciones y argumentaciones. Cada vez resulta más evidente que es necesario analizar sus materialidades, no siempre tecnológicas, y sus costumbres o propuestas de uso. ¿No hay acaso complots que sirven para la industria del entretenimiento, mucho más que para las conspiraciones políticas?

La otra línea semiótica que me guió en la lectura del libro es la de lo verosímil como aquello que la sociedad o sus sectores consideran como verdades. Es un tema algo olvidado, y precisamente en épocas en que preocupan las transformaciones en lo informativo. El olvidar que no vivimos a través de verdades, sino de verosímiles, lleva a dar importancia a un derivado que se considera como platafórmico, pero de larga tradición discursiva, como el de las fake news. Francescutti presta atención a la creencia como requisito de base para la verosimilitud, siempre restringida, de cada complot, pero se enfoca en el secreto

El secreto se basa en lo no dicho y ello resulta, como dijimos, clave para comprender las fracturas en el decir. Pero, para que se caiga una creencia, como la de la validez de las vacunas como procesos de prevención de enfermedades, debe antes ponerse en cuestión el verosímil de la eficacia científica y la superioridad moral de la medicina. Esos cuestionamientos a los verosímiles no se desarrollan a la luz pública, dado que suelen recibir represiones de diversa entidad, Se desarrollan intersticialmente, en secreto, inadvertidos, hasta que estallan a la luz pública. La vida en plataformas permite seguir ahora mejor a esos procesos.

Desde ese punto de vista, el libro Teorías de la conspiración es multidisciplinario, en el sentido de que produce y recupera conocimiento desde diversas disciplinas, pero ¿cómo debería ser ubicado en la tensión entre interdisciplinariedad y transdisciplinariedad? El libro apuesta por la articulación entre disciplinas y no por el borrado de sus fronteras. Por el contrario, obliga a la profundización bibliográfica en cada campo, no permite confundir a lo psiquiátrico con lo psicoanalítico, ni a lo semiótico con la ecología de los medios. El modo de estudiar el conjunto de un tema tan complejo responde a lo trans como tendencia profunda de la vida sociocultural, pero el trabajo se hace desde la especialización de cada disciplina. Es un gesto clave en una época en la que el borrado de fronteras académicas, contribuye a la confusión general.

Es recomendable la lectura de Teorías de la conspiración porque debe valorarse especialmente el aprovechamiento de los enfoques metodológicos de diversas disciplinas. Por ello, es un gran instrumento de reconocimiento y descripción de diversos tipos de complot, sus construcciones y sus usos. No puede defenderse mejor a un libro surgido de las entrañas del conocimiento científico sobre lo social, que como una herramienta para la toma de distancia y la mejor comprensión de una actividad que, como la del complot, sea real o imaginaria, no deja de intervenir en la discusión pública, en general, trabando la búsqueda de innovaciones en la explicación y la gestión de nuestras transformaciones y nuestras crisis.


Gazeta de Antropología